Perdonar es un acto poderoso. Es desatar a esa gente de tu vida. Perdonar no es darle la razón al otro, no es justificarlo, no es olvidar, no es minimizar.
Es soltar un prisionero y descubrir que el prisionero eras tú.
PERDONAR ES UN ACTO DE GRANDEZA que te enseña a subir hacia el próximo nivel.
LOS RENCORES NO TE DEJAN CAMINAR.
Cada vez que perdonas te quitas una venda que te pusieron y que no te permitía avanzar.