Habiendo pasado dos días que parecen años, arriesgo algunas conclusiones.
No puedo pensar el presente argentino sin recurrir a algunas ideas de la filosofía sobre la actualidad.
Para Byung Chul Han, nuestra vinculación con el mundo que nos rodea es el consumo. Recurro a evaluar actos de la vida cotidiana y es así. Nos disolvieron – dice – somos individuos aislados aunque conectados, que es distinto.
Hay una lógica de la positividad. Estamos obligados a pensar en sí mismos, mismas, a ser felices. Entonces viajamos (si podemos), adoptamos mascotas, domesticamos el amor, y mientras tanto va desapareciendo la idea del otro. Se erosiona el otro. Crece nuestro individualismo. Nuestra indiferencia. A la vez nos intoxicamos de información. Y todos hablamos al mismo tiempo, sin escucharnos.
Dice Jorge Alemán que proliferan los agujeros simbólicos. Pienso que olvidamos tradiciones, banalizamos fiestas patrias, perdemos identidades culturales. Mucha gente vive realidades paralelas, por eso nos cuesta hacernos entender, incluso si somos preparados educacionalmente, no nos dan crédito, no nos creen. Pensemos simplemente en la docencia actual, el sentido de autoridad del saber, del mayor. Porqué? Porque ya no se trata de verdad, la verdad no es operativa, no hay verdad legitimada. (Sino pensemos nomás en el CONICET, en el Garrahan.)
El peronismo se ocupaba de articular mundos diferentes, pero hoy hay tantos que va perdiendo identidad. Y las internas hacen mucho daño. Valores como la lealtad, lo doctrinario, el derecho social, el derecho al progreso están en crisis. Volvemos a la filosofía que intenta explicar que este es un mundo nuevo, diferente. Hay un pesimismo social, una resignación manifestada en “siempre fue igual”, “siempre tuve que trabajar y lo que tengo me lo gané solo, trabajando”, es decir, se desconocen los derechos laborales, y sobre todo, el derecho a progresar.
Bien, voy terminando.
El Presidente Trump, casi nuestro presidente, ha dicho “Estamos logrando un control muy grande en Sudamérica”.
Cada miércoles nos acostumbramos a ver el castigo a los viejos jubilados que luchan por un poco más de remuneración. Como si fuera un plan orquestado para naturalizar la represión. Total, los viejos no pueden hacer huelgas ni mellar al gobierno.
Escuchando el argumente del periodista … Eduardo Feinman, decir que ahora el peligro es el narco, y los gobiernos populares de Correa, Evo, Lula, Alberto, Maduro, Ortega, Petro, todos juntos, fueron o son gobiernos narcos, en concordancia con Trump, que ya avanza por mares y tierras militarizando, invadiendo, como lo hizo en medio oriente, y ayer el bolsonarista de Río de Janeiro provocó una guerra entre policías y narcos en favelas dejando innumerables cadáveres. (Todos sabemos que los jefes narcos viven a Miami, en los lugares más ricos y fastuosos).
Entonces, pensemos. Es el peronismo kuka el peligro?
O el peligro es esta alianza carnal con Trump y los EEUU?
MARIA ROSA MONTES
TEODELINA (Santa Fe)



