.Viernes 10 de junio
de 19 a 21 hs
Sala Julio Gutiérrez Martin
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Ana María Franco posee la capacidad de dejar jugar sin límites a su niño libre, y producto de ese deseo surge, como no podía ser de otra manera, un acto absolutamente creativo e interpelador.
Ya no hablamos de lente ni de pinceles, sino de “ojos” que nos muestran un Teodelina cercano, concreto…pero muchas veces desconocido. Porque, justamente, son sus ojos los que vuelan y se posan sobre lo cotidiano… para convertirlo en arte.
No importa el canal expresivo, el material o encuadre del producto: franco llega a un resultado al que asistimos asombrados, sin darnos cuenta de esos “detalles” que ella salva del olvido visual están ahí, delante de nuestros ojos.
En resumen, de manera seductoramente insolente, Ana María Franco viene a decirnos que no hay cambio personal sin visión, y que no hay visión si no somos capaces de mirar lo que nos rodea como forma de sedimentos como comunidad.
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¡Los esperamos!