Recordá que para eliminar los criaderos y evitar la propagación del mosquito, es importante que tomes las siguientes medidas de prevención:
Eliminar o limpiar periódicamente recipientes que puedan acumular agua.
Limpiar rejillas, canaletas y desagües de aires acondicionados.
Utilizar repelentes; en ambientes, espirales o tabletas repelentes.
Colocar tules para protección en cunas y cochecitos de bebés.
Utilizar ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente al aire libre.
La fumigación es una medida de control destinada a exterminar los mosquitos adultos, pero no es efectiva para destruir los huevos ni las larvas infectadas con el virus.
En caso de tener síntomas, es muy importante que no te automediques y concurras inmediatamente al médico.
Los más frecuentes son:
Fiebre alta.
Dolor de cabeza y detrás de los ojos.
Cansancio intenso.
Dolores musculares y articulares.
Sangrado de nariz y/o encías.
Náuseas/vómitos.
Sarpullido y picazón en la piel.
Si tenéis fiebre y más de dos de estos síntomas, consulta inmediatamente con tu médico.