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Se trató de “No apagues la luz” , una obra de títeres de vara y mesa; que contó con el apoyo del Gobierno local y el auspicio del Instituto Nacional del Teatro.
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El espectáculo abordó la historia de Julián, un niño que le teme a la oscuridad y para dormir necesita que estén encendidas todas las luces de su dormitorio. Pucho es un gato con el mismo miedo y, escapándose de un mundo extraño, llega por casualidad al cuarto de Julián.
Sin embargo, no es el único que descubrió la habitación. En una noche de tormenta, los protagonistas enfrentaron sus miedos para superarlos y encontrar como recompensa la amistad.
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Bajo la modalidad “entrada a la gorra” tanto niños como adultos disfrutaron de una fascinante puesta en escena pocas veces vista en nuestro teatro.