03:00 hs – Domingo 25 de Julio de 2021
En un parador del Gran Rosario, Martín Lousteau almuerza con La Capital y quiere dejar en claro su apoyo a la lista que encabeza Maximiliano Pullaro a senador nacional y Gabriel Chumpitaz a diputado. Pero no dice sólo eso: el ex embajador en EEUU asegura que el radicalismo perdió su complejo de minoría que lo hizo hacer seguidismo. Apuesta a que Pablo Javkin sea parte del espacio en 2023 y el mismo mensaje les deja a los socialistas.
“Lifschitz lo designó a Pullaro para conducir el Ministerio de Seguridad a los 40 años y tuvo el coraje de asumirlo. Todo eso esta acá, en Evolución, no en otro lugar. Todos dicen que hay que ponerle un freno al kirchnerismo, ¿cuántos tienen carácter? La lista nuestra seguro que tiene carácter”, apostrofa el actual senador.
—¿Cuál es su mirada sobre el estado del país?
—El país tiene problemas estructurales desde hace mucho tiempo y no crece. Encima, por medio de ese no crecimiento se distribuye peor. No es que Argentina es desigual, ya tiene distancias sociales. Cada sector va por su archipiélago sin cruzarse con el otro. Además está la herencia, los errores del gobierno y la pandemia. El escenario es muy complejo. El golpe de la pandemia revelo y agravó el hartazgo. Eso permite posibilidades o al menos debate sobre las posibilidades abiertas del país. Y veo en Juntos por el Cambio posibilidades de trabajar el futuro del país.
—¿Hay un reverdecer del radicalismo? En Rosario, el intendente, la presidenta del Concejo y el rector de la UNR son radicales. Ya no están para ser cola de ratón del PRO.
—Hace rato que estamos peleando por eso en nuestro espacio. El radicalismo debe abrirse, atraer gente. Y debe privilegiar la gestión. En esa pelea, todas aquellas buenas cosas que tiene el radicalismo a nivel local empiezan a aparecer, con una superestructura más legislativa. Se está sacudiendo de encima el complejo de minoría. Hay un montón de intendentes, ex ministros, rectores. Cuando eso se visibiliza vienen otros que consideran que vale la pena intentarlo. Doy un ejemplo concreto: si el enroque de Juntos por el Cambio en provincia de Buenos Aires y Caba quedaba ahí, se cerraba. Pero, con Facundo Manes en la provincia y Martín Tettaz en Caba se le ofrece un combo a la sociedad. El radicalismo está diciendo basta al complejo de minoría.
—Es que en 2015 Macri le dio una paliza a Sanz.
—Perdimos 25 a 3. Y los lugares no se reclaman, se ganan.
—Pero el gobierno de Macri terminó muy mal.
—Por eso, ese complejo de minoría hizo que el radicalismo funcionara como la bicicleta que se chupa detrás del camión. Juntos por el Cambio quiere hacer un ejercicio de mejoría del funcionamiento de la coalición, y eso le viene mejor al país. Me gustaría que en estas elecciones el kirchnerismo tenga nuevos límites y que nosotros mostremos figuras y espacios nuevos. Cuando lo veo a Rodrigo De Loredo en Córdoba, a Maxi Pullaro acá, cuando veo a Facundo Manes, digo que está pasando algo.
—No lo nombra a Javkin.
—Porque Javkin no es Juntos por el Cambio. Todavía…
—Sí lo es el grupo NEO de Santa Fe.
—La decisión del NEO tiene una trascendencia que va más allá de Santa Fe. La pelea contra el kirchnerismo es una pelea nacional, somos el espacio que puede frenar cosas. Hay reglas claras y abraza al que piensa distinto. Pueden venir acá a competir, a tender puentes. Puede que en el 2023 la alianza sea aun más grande.
—¿Si viviera en Santa Fe tuviera que votar en las Paso, a quién votaría?
—No tengo ninguna duda: a Maxi Pullaro a senador nacional y a Chumpitaz a diputado. A toda la lista. En el mundo de hoy hay apariencias, pero la pregunta es donde hay sustancia para transformar la Argentina. Somos un espacio que tiene más 130 presidentes de comuna e intendentes. Tenemos sustancia, porque hay candidatos que tienen experiencia en gestión. Lifschitz lo designó a Pullaro para conducir el Ministerio de Seguridad a los 40 años y tuvo el coraje de asumirlo. Todo eso esta acá, en Evolución, no en otro lugar. Todos dicen que hay que ponerle un freno al kirchnerismo, ¿cuántos tienen carácter? La lista nuestra seguro que tiene carácter.
—¿Y qué deberá hacer el radicalismo pos Paso para no perder identidad pensando en el 2023?
—Abrirse a la competencia, perder el miedo a competir. A veces por buscar esta comodidad se impide que otros crezcan. Y hay que visibilizar a los que gestionan y resuelven problemas. Debemos pensar qué queremos representar. Hasta Alberto Fernández habla todo el tiempo de Alfonsín. Hay que ofrecer administrar el Estado de otra manera, con capacidad, coraje y ejemplaridad ética.
—¿En dos años será candidato a presidente o a jefe de Gobierno?
—En el lugar que la coalición piense que yo deba estar.
—¿Se imagina al socialismo santafesino integrando esa coalición en 2023?
—Como yo tengo un pensamiento socialdemócrata, me gustaría que el socialismo reflexionara sobre cómo contribuir a un cambio nacional, y que no solo se quede aquí. Me gustaría que sea un partido nacional.
—En la sociedad hay más depresión que bronca.
—La gente es realista y sabe que las cosas no se van a transformar con una elección. La gente tiene un escepticismo realista. Tiene que haber una canción o melodía que suene parecida en toda la provincia.
—¿Le molestó este gambito insólito de Vidal? Como perdió por paliza en provincia de Buenos Aires se fue corriendo a Caba.
—Lo pienso en mejor oferta en términos electorales y las señales. La señal original a mí no me gustaba, porque era como que un sector del PRO dominaba todo. El radicalismo permitió abrir el abanico.
—A Facundo Manes lo mandaron a jugar con los leones en la provincia de Buenos Aires.
—Manes eligió jugar con los leones, y lo bien que hizo.