
“Biden no fue certificado como ganador en muchos estados, mucho menos en varios de los más disputados que irán a recuentos obligatorios, o en aquellos en los que nuestra campaña tiene desafíos legales legítimos y válidos que podrían definir al ganador final”, aseguró el mandatario en un comunicado difundido por su equipo. La estrategia del republicano girará en torno a la judicialización del recuento de votos en los estados con menor margen entre un candidato y otro.