Si bien estas actividades fueron habilitadas, no han logrado alcanzar el funcionamiento normal y, como consecuencia, continúan con una preocupante situación económica para poder afrontar los gastos de mantenimiento, ya que cuesta mucho reactivar estos espacios mientras que los gastos continúan.
“Uno de los problemas con los que se encuentran es que las personas, al haber estado tanto tiempo imposibilitadas de salir de sus casas o con restricciones para hacerlo, al momento de elegir un lugar para eventos lo hacen al aire libre, lo que significa una merma laboral importante para los salones y peloteros cerrados”, comentó Enrico.
Además, debe tenerse en cuenta que esta actividad no sólo incluye a los dueños de los mismos, sino que involucra indirectamente a mozos, animadores, servicio de catering, alquiler de vajilla, mantelería, alquiler de mobiliarios, repostería, fotógrafos, personal de limpieza, dj, entre tantos otros.